Comentario
El matrimonio debía realizarse pronto ya que fundar una familia era de gran importancia en la sociedad egipcia. La edad adecuada para ese matrimonio sería 20 años para el hombre y entre 15 y 18 para la mujer. Estos enlaces solían ser concertados entre los miembros de la familia, siempre dentro de la misma clase social. El permiso del padre para llevar a cabo la boda era un requisito imprescindible. Concertado el matrimonio, se procedía a la redacción de un contrato en el que se incluían las aportaciones y los derechos de ambos cónyuges, en términos de igualdad, lo que resulta chocante. Para la celebración del matrimonio no era necesaria ninguna ceremonia. Existía el divorcio al ser una de las partes repudiada, lo que motivaba el abandono del hogar por parte de uno de los cónyuges, generalmente la mujer. El marido debía mantener a la ex-esposa. El adulterio podía ser castigado hasta con la muerte, especialmente si la adúltera era la mujer. Pero, según los textos que nos han quedado, la sociedad egipcia no era excesivamente machista.
El objetivo del matrimonio era la procreación para asegurar el linaje y un decoroso entierro para los padres. La criatura sería amamantada por la madre en los tres primeros años. Parece ser que no transcurría mucho tiempo desde el destete al inicio de la educación. El padre solía dirigir el proceso educativo, enseñando al hijo el oficio familiar en el taller o la tienda. El niño se iniciaría así como aprendiz, sistema que se continuará en los gremios medievales.